Sao Paulo, 31 ene (EFE).- El fuerte temporal de lluvias que azota al estado de Sao Paulo, el más poblado de Brasil, ha dejado al menos 24 fallecidos, entre ellos ocho niños, y 660 familias evacuadas desde el pasado fin de semana, informaron este lunes fuentes oficiales.
Las intensas precipitaciones que están cayendo sobre la región desde el viernes han ocasionado desbordamiento de ríos, deslizamientos de tierras, inundaciones y cortes parciales o totales de carreteras en varias localidades de Sao Paulo (sureste).
Según el último balance de Defensa Civil, el número de desaparecidos subió de cinco a once, además de las 24 personas que fallecieron y otras siete que resultaron heridas.
Según el Centro Nacional de Monitoreo y Alertas de Desastres, la ciudad de Sao Paulo, su zona metropolitana, así como el interior del estado, siguen en alerta este lunes, con riesgo alto de inundaciones y deslizamientos.
El gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, quien será candidato en las elecciones presidenciales de octubre, sobrevoló las zonas afectadas en la víspera y anunció la liberación de 15 millones de reales (casi 3 millones de dólares) para ayudar a los Ayuntamientos.
El estado de Sao Paulo es el más rico y el más poblado de Brasil, con unos 46 millones de habitantes, una población similar a la de países enteros como España, Colombia o Argentina.
La capital homónima y su región metropolitana concentran alrededor de la mitad de la población de la región.
El fuerte temporal coincide además con un agravamiento de la pandemia de coronavirus en Sao Paulo, el estado brasileño con peores números, ya que contabiliza 4,6 millones de infectados y cerca de 160.000 fallecidos asociados a la covid-19.
Las tormentas suelen ser habituales durante el verano austral brasileño, es decir, entre los meses de diciembre y marzo, aunque en los últimos años se han intensificado.
Además, entre finales de 2021 y principios de este 2022, otros estados brasileños se han visto fuertemente afectados por temporales de lluvias torrenciales.
En Bahía, noreste de Brasil, las fuertes precipitaciones causaron cerca de una treintena de muertos, dejaron bajo el agua decenas de ciudades y obligaron a casi 100.000 personas a abandonar sus hogares.
Una situación parecida vivió Minas Gerais (sureste), donde unas treinta personas perdieron la vida en incidentes relacionados con las lluvias, de las que diez fallecieron cuando una enorme pared rocosa de un turístico cañón de la región se cayó sobre la barca en la que se encontraban.