Moscú/Kiev, 14 may (EFE).- El Ejército ruso se ha retirado de sus posiciones cerca de Járkov, renunciando a asaltar la segunda ciudad de Ucrania, pero sigue intentando avanzar hacia el Donbás desde el norte, aunque por el momento con poco éxito.
«En Járkov el enemigo no ha realizado activas acciones militares. Ha centrado sus esfuerzos en garantizar el repliegue de sus fuerzas de la ciudad, manteniendo (…) las líneas de suministro», informó el Estado Mayor General del Ejército de Ucrania.
Dicha región, limítrofe con Rusia, se ha convertido en los últimos días en el símbolo de la contraofensiva ucraniana, cuyo objetivo es liberar no sólo Járkov, sino toda la zona para evitar el cerco de sus tropas en el norte de Donetsk.
REPLIEGUE HACIA LA FRONTERA RUSA
«La gradual liberación de la región de Járkov demuestra que no abandonaremos a nadie en manos del enemigo», aseguró Volodímir Zelenski, presidente ucraniano, en su tradicional intervención vespertina.
Según el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, en inglés), el motivo de la retirada rusa es tanto la contraofensiva ucraniana como la limitada capacidad de recibir refuerzos por parte rusa.
«Ucrania parece haber ganado la Batalla de Járkov. Las fuerzas ucranianas han impedido que las tropas rusas cerquen, no digamos ya tomen Járkov, y después las expulsaron de los alrededores de la ciudad como ya hicieron cuando los rusos intentaron conquistar Kiev», señala.
Ahora, las tropas ucranianas deberían centrarse en romper las líneas de suministro ruso entre el bastión enemigo de Izium y la región vecina rusa de Bélgorod.
Los numerosos cursos fluviales impiden los avances de uno otro, en especial el río Séverski Donets, donde los rusos informaron este sábado haber volado un pontón por donde las tropas ucranianas intentaban avanzar.
«Los rusos martillearon constantemente Járkov con artillería, ya que estaban muy cerca de la ciudad. Gracias a los esfuerzos de las unidades de defensa territorial y del Ejército, los rusos se han marchado lejos de los márgenes de la ciudad en dirección a la frontera», aseguró Ígor Teréjov, alcalde la ciudad.
RUMBO AL DONBÁS
El ministerio de Defensa ruso divulgó hoy unas imágenes en las que miembros de las fuerzas aerotransportadas participan en una ofensiva, pero sin precisar las zonas donde ésta tiene lugar.
En la última semana las tropas rusas han logrado «escasos avances» en su intento de atacar la principal plaza ucraniana en Donetsk, Kramatorsk, según el ISW.
Según el Estado Mayor ucraniano, la artillería rusa no ha dejado de golpear las localidades que llevan al nudo de comunicaciones de Sloviansk.
Los generales rusos se dirigieron en vano a las organizaciones internacionales para que evacuen ambas localidades, donde los ucranianos habrían creado un distrito fortificado.
Los rusos siguen intentando cercar las dos últimas ciudades clave bajo control ucraniano en la región de Lugansk, Severodonetsk y, en menor medida, Lisichansk, a ambas orillas del río Séverski Donets.
El caso es que las fuerzas ucranianas también han dirigido su contraofensiva contra Izium, por lo que el tiempo corre en contra de los planes del Ejército ruso.
«El punto más caliente sigue siendo la zona de Izium, donde nuestras fuerzas han pasado al contraataque. El enemigo se está retirando en algunas zonas», informó Oleg Sinegubov, jefe de la administración militar de Járkov.
Ucrania cifró hoy en 27.200 las bajas en las filas rusas tras la eliminación de otros 300 soldados enemigos en las últimas 24 horas, a lo que hay que sumar más de 4.000 tanques y blindados.
Con todo, el asesor del ministro del Interior, Rostislav Smirnov, matizó que Kiev no piensa precipitarse en su contraofensiva y sufrir muchas bajas, como ocurrió con el Ejército rojo, que perdió cientos de miles de soldados en la toma de Berlín durante la Segunda Guerra Mundial.
TERCERA FASE DE LA GUERRA
Zelenski recibió este sábado a representantes del Congreso estadounidense, a los que pidió a endurecer las sanciones contra Rusia por los crímenes que ha cometido en territorio ucraniano.
«Además, consideramos que Rusia debe ser reconocida oficialmente como un país patrocinador del terrorismo. Tales crímenes no se veían en Europa desde la Segunda Guerra Mundial», dijo.
Recordó que la «agresión» rusa, lo que incluye el bloqueo de los puertos ucranianos, está provocando una crisis alimentaria a nivel mundial.
«Los funcionarios rusos están abiertamente amenazando al mundo con una hambruna en decenas de países», denunció.
A su vez, reconoció que no puede predecir cuánto durará la guerra, pero que su prioridad es: «Liberar rápidamente nuestra tierra y (…) trabajar diariamente para hacer que la guerra sea más corta».
Fue más atrevido el jefe de la inteligencia militar ucraniana, Kirill Budánov, quien pronosticó a medios británicos que el momento clave en la contienda llegará «a mediados de agosto».
«La mayoría de las acciones militares concluirán antes de finales de año. Como resultado, restableceremos el poder en todos los territorios, incluido el Donbás y Crimea», predijo.
Admitió que «Europa ve a Rusia como una gran amenaza», pero que, después de combatir con el Ejército ruso durante ocho años, Kiev ha concluido que «la tan publicitada potencia rusa es un mito».
«No es tan fuerte. Es una horda con armas. Lo sabemos todo sobre nuestros enemigos. Conocemos sus planes casi en el momento en que se preparan», apuntó.