Quito, 1 dic (EFE).- El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) lamentó este miércoles que las autoridades ecuatorianas hayan decidido detener la nueva fase de reapertura de escuelas por la propagación de la variante de la covid-19 Ómicron.
En un comunicado, Unicef considera que el cierre «debe ser considerado como última medida» y recuerda que «la evidencia demuestra que las escuelas no son un foco de contagio si se siguen los protocolos de bioseguridad».
El Ministerio de Educación ecuatoriano informó el martes del aplazamiento del regreso a la presencialidad en aquellos centros educativos cuyos estudiantes no habían retornado a las aulas desde el inicio de la pandemia debido a la nueva variante de la covid.
En el anuncio, la cartera educativa detallaba que el postergamiento de fechas implicaba que hasta el 7 de febrero de 2022 no retornarán a la presencialidad con un aforo del 100 % los centros del régimen Sierra-Amazonía, mientras que el 3 de mayo lo harán los del régimen Costa-Galápagos, ya para el nuevo año lectivo 2022-2023, lo que implica que este último seguirá en virtual hasta entonces.
Y aclaró que los establecimientos educativos tanto fiscales, fiscomisionales (concertados), particulares y municipales que ya tenían aprobados sus Planes Institucionales de Continuidad Educativa, cuyos estudiantes se encontraban en clases presenciales, seguirán asistiendo a sus centros escolares como lo venían haciendo.
De acuerdo con un reciente monitoreo llevado a cabo por el Fondo para la Infancia de la ONU, el 70 % de los hogares con niños, niñas y adolescentes que están en clases presenciales en Ecuador sostuvo que la reapertura ha sido un proceso positivo o altamente positivo.
La encuesta reflejó que el 95 % de estos hogares conoce los protocolos, y alrededor del 90 % aseguró que implementaban medidas como el uso de mascarillas, el distanciamiento físico y el lavado de manos.
Según el estudio, en 9 de cada 10 hogares, los niños han mejorado su estado anímico con el retorno a clases, y en 8 de cada 10 familias, los escolares se sienten más motivados a aprender.
De acuerdo con los datos oficiales, los positivos de covid-19 entre estudiantes que han asistido a clases semipresenciales (que combinan la presencialidad con la virtualidad) representa el 0,007%, es decir, suponen 36 casos de 806.380 estudiantes.
A principios de noviembre la titular de Educación, María Brown, aseguró que el 48 % de establecimientos educativos a nivel nacional ya trabajan en clases presenciales con aforo reducido, lo que representa alrededor de 675.193 estudiantes, y vislumbraba el retorno obligatorio a la presencialidad en el mes de diciembre para todos los centros en el régimen Sierra-Amazonía.
Sin embargo, las nuevas medidas anunciadas por el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) Nacional, entidad encargada de emitir las directrices de la pandemia, afectarán a aquellos centros educativos que tenían previsto regresar en diciembre y enero.
«Hacemos un llamado al COE a revisar la decisión de posponer la reapertura de escuelas. El riesgo de que los niños no asistan presencialmente a clases es demasiado alto y se agrava cada día que pasa, en especial para los más vulnerables, quienes están más expuestos a trabajo infantil, violencia y explotación», exhortó el representante a cargo de UNICEF Ecuador, Juan Enrique Quiñónez.