La familia de Novak Djokovic aseguró este jueves que el tenista no ha violado ninguna ley ni norma de Australia en su intento de entrar en ese país y jugar el Grand Slam, y que la situación que encara es «el mayor escándalo deportivo diplomático de la historia».
El padre del tenista, Srdjan Djokovic, describió a su hijo como «un ídolo, la luz al fondo de un túnel que no apagará la oligarquía política» occidental que «se cree que el mundo es suyo».
Comparó al tenista con «Jesucristo, a quien crucificaron», y dijo que algunos intentan ahora «crucificar, humillar y echar de rodillas» a su hijo.
«Es una lucha política que no tiene nada que ver con el deporte», insistió el padre en una rueda de prensa en Belgrado, tildando al primer ministro australiano, Scott Morrison, de «descarado» que ataca al «orgullo» del mundo libre.
El hermano del deportista, Djordje Djokovic señaló que Novak no desea regresar hasta la decisión, previsiblemente el lunes, de un tribunal australiano sobre su visado, que las autoridades de Australia le revocaron anoche.
«No quiere porque quiere justicia, y es tratado como un criminal y no como deportista que no ha cometido ninguna infracción legal», dijo Djordje Djokovic, quien insistió en que su hermano ha sido privado de todas sus pertenencias mientras espera la decisión.
Indica que su eventual retorno sin el fallo supondría la prohibición de entrada en Australia por tres años, algo que el tenista no desea.
Explicó que Djokovic, a quien consideró como «el mejor deportista de todos los tiempos», junto con los organizadores del Abierto de Australia y la federación tenista de ese país, cumplió todos los protocolos necesarios para su participación en el torneo, del 17 al 30 de enero.
Aseguró que los demás tenistas que al igual como Djokovic recibieron la exención médica de la vacunación para poder participar entraron en Australia con los mismos documentos y que sólo le fue negada la entrada al número uno del mundo.
Denunció que Djokovic ha sido privado de sus maletas, portamonedas y todas las pertenencias excepto del teléfono móvil, del que también estaba privado durante varias horas en «la detención en el aeropuerto» el miércoles, cuando no pudo comunicarse ni con su familia.
Djordje Djokovic aseguró que el jugador «no puede ni cambiarse la ropa» en ese hotel de solicitantes de asilo en Melbourne donde lo instalaron las autoridades australianas, que calificó de «sucio», y que las pertenencias le serán devueltas sólo a su regreso a Europa.
El tenista recurrió la revocación del visado, y un tribunal australiano analizará el lunes el recurso.
«Novak es una personalidad fuerte y emotiva, y lucha no sólo por sí mismo sino por todos en este mundo que defienden sus convicciones éticas y morales», dijo el portavoz familiar en referencia a la oposición del deportista a la vacuna contra la covid.
Poco después de la rueda de prensa de la familia, decenas de personas se concentraron en el centro de Belgrado, frente al edificio del Parlamento serbio, en apoyo a Djokovic.
«Gracias porque mostráis el amor a Nole», dijo Srdjan Djokovic a los manifestantes, utilizando el apodo con el que se conoce en Serbia al tenista.
La muchedumbre, entre la que había gente de todas las edades, gritaba «Nole, Nole», «Nole, te queremos» y «Nole, serbio, Serbia está contigo».